Arrastraba palabras hasta el invierno. Paría hijos extraterrestres con todo el amor del mundo en satélites y color-lejía. Y todo su pulmón llora cataratas desde el tejado. Por eso es arteria.
Y sin embargo, sacrificarán su nombre de liana resbaladiza, le clavarán en la espalda venganzas por darles la vida, incendiarán su casa, el polvo y las vigas, barrerán el suelo con su piel quemada por todas partes, y yo no sé dónde podría esconderla.
[porque todo se parece tanto a ella]
Desangraba flores para el silencio. Partía las cataratas por la mitad para no pasar hambre a horas exactas. Por eso desangró la vida en los campos
y plantó arroz en los áticos de los armarios a altas horas de la madrugada. Ella.
Que ya no entiende la voz ni el dictado, no sabe cómo se dejó romper por los meridianos,
y no reconocerá jamas tanto drama.
Le sacrificarán las manos y el pecado después a mi me segarán la córnea.
Ahora la desbordan,
porque todo se parece tanto a ella,
[tan lastimosamente a ella]
que ahora se despierta en otros tiempos verbales, y ni si quiera sabe a dónde mirar,
ahora que ha terminado su reino.
Y unicamente ella.
Desgarraba flores para el silencio.
Dejó que se inundasen los textos.
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